Las Rutas del Vino en la Argentina es el nombre que se ha dado a las distintas regiones productoras de vino del país, con el propósito de incentivar el turismo nacional. Ellas son: Ruta de vino de Salta, Vinos de La Rioja, Vinos de Córdoba, Rutas de vino de San Juan, Vinos de Mendoza, Vinos de Río Negro, Vinos de Neuquén, Vinos de Catamarca, Vinos de Tucumán y Vinos de Jujuy, Buenos Aires y La Pampa
La vitivinicultura comenzó en Argentina con la llegada de los españoles en el año 1556 (época colonial). Fue el sacerdote Juan Cedrón quien introdujo unas estacas de vida a lo que hoy se conoce como Santiago del Estero, luego un ciudadano francés realiza un experimento similar en la Provincia de Mendoza, introduciendo de esta manera algunas variedades de uvas francesas a la región. En la década de 1880 Tiburcio Benegas planta unas 250 hectáreas en Mendoza y crea la primera bodega del país, El Trapiche. La vitivinicultura en Argentina es desarrollada entre los 22° y los 42| latitud sur, extendiéndose por toda la Cordillera de los Andes, a lo largo de 2400 kilómetros , desde Salta hasta Río Negro. Las zonas destacadas para el cultivo de la vid tienen que ser secas y áridas, con bajo nivel de lluvias y de baja humedad, importante para evitar las enfermedades de las vides. Abundantes días de sol y gran amplitud térmica favorecen la maduración, concentración de aromas , color y contenido de azúcar. El riego se practica con el sistema de canales que transportan aguas provenientes desde la Cordillera de los Andes.
El área de producción de vinos más importante de Salta se encuentra en los Valles Calchaquíes: presenta un clima seco y templado , óptimo para el cultivo y producción del Torrontés, única variedad autóctona del país y cepa muy bien adaptada a la región, y otros vinos de mesa.
Con una amplia biodiversidad geográfica la Provincia de Salta posee viñedos situados entre los 1600 metros en Cafayate hasta más de 2400 metros en la cercanía de Molinos, lo cual le concede al vino un gran carácter, fuerte personalidad y alta calidad con fragancias, coloridos y sabores únicos.
La Ruta del Vino atraviesa lugares con paisajes muy llamativos, como los de la Quebrada de las Flechas, Quebradas de las Conchas y pueblos centenarios como Molinos y Cachí con una enorme riqueza cultural. Se destacan también los museos que la integran, como el de la Vid y el Vino (Cafayate) o el museo James Turrel en Colomé, que cuentan la historia de la vid en la región.
La historia del vino en Salta se remonta a la temprana época colonial, cuando las primeras viñas fueron traídas por los jesuitas desde Canarias a mediados del siglo XVII, a "cuatro leguas del pueblo de Molinos", en la finca La Bodega (hoy La Angostura) en la región de los valles Calchaquíes, donde se cultivan 200 hectáreas de viñedos, hoy desaparecidos. En la actualidad los viñedos se extienden en la provincia por más de 2500 hectáreas, en los departamentos de Cafayate, San Carlos, Agastaco y Molinos.
El principal centro productivo de la provincia se sitúa en Cafayate, a 186 kilómetros al sudoeste de la ciudad de Salta, localidad que concentra cerca del 70% de los viñedos y donde madura la cepa del torrontés, un vino blanco que se distingue por su intenso aroma y sabor frutado. Esta variedad traída desde España ha alcanzado una expansión única en suelo salteño convirtiéndose en la uva blanca insignia de Salta y de la Argentina. En los últimos años el enorme desarrollo de la vitivinicultura provincial añadió otras cepas, destacándose las uvas de variedad Cabernet Sauvignon, Malbec, Tannat, Bonarda, Syrah, Barbera y Tempranillo.
Desde el sur de la Provincia de Salta (en la frontera con Tucumán) hasta las alturas de la localidad de Colomé, y casi introduciendose en la Puna, los Valles Calchaquíes atesoran una veintena de Bodegas con más de 2500 hectáreas de viñedos. Debido a la altura respecto al nivel del mar en la que se encuentran existe una mayor amplitud térmica, (noches frescas, días calurosos), donde los rayos solares son más intensos. ESto se debe a que la uva tiene una mayor exposición a rayos ultravioletas que por la altura se encuentran concentrados con mayor intensidad que en otras latitudes o zonas con más bajo nivel sobre el mar. Cuanto más alto se está, menos atmósfera deberán atravesar los rayos solares con lo que la intensidad será mayor.
En las alturas el aire es más fresco y limpio por acción de los vientos y la vegetación goza de excelente salud gracias a la ausencia de pesticidas, dando lugar a la elaboración de vinos orgánicos a través de procesos naturales y sin aditivos. Las características particulares del suelo por sus componentes minerales también influyen en la vid, los suelos son más pobres y pedregosos y las aguas provenientes de los deshielos destilan pureza.
La suma de estas condiciones climáticas hacen que durante los últimos meses del período de gestación de la uva (en Argentina de enero a marzo) esta realice una maduración lenta y prolongada, con buena sanidad. Es así que se desarrollan vides de granos más surtidos y de mayor proporción de hollejos, potenciando la acumulación de aromas y sabores en el fruto junto a un notable incremento de la acidez permitiendo la elaboración de vinos más frescos y vivos.
La conjunción de estos factores hacen que los vinos de altura gocen de características organolépticaspropias con alta concentración de aromas y sabores, así como de colores, constituyéndose como un producto exótico y es justamente en los Valles Calchaqués donde se encuentran los viñedos más alos del mundo.
Las características esenciales de los vinos de altura son los siguientes:
- Colores rojos y violáceos intensos, buenas intensidades y matices
- Carácter fino y frutado
- Entradas agradables de gran persistencia en la boca
- Para servir entre 17 y 19°
- Ideal para acompañar carnes rojas asadas o al horno
Desde el año 2000 hasta la actualidad la superficie de viñedos se expandió en Argentina un 13,6% con importantes inversiones económicas en los últimos años para mejorar los procesos productivos en los Valles Calchaquíes: el resultado fue el doble, un 28%, al sumar 602 nuevas hectáreas, llegando a una superficie total de 2635 hectáreas en enero del 2013.
Los proyectos se desarrollaron en Cafayate, Animará, San Carlos, Angastaco, Molinos y Cachi, haciendo crecer en Salta en la última década un 140%la cantidad de bodegas, pasando de 15 a 36 establecimientos registrados en el Instituto Nacional Vitivinícola.
Actualmente bodegas realizan estudios para determinar la potencialidad de adaptación de nuevas variedades para la zona como ser plantines de origen californiano y francés. De la superficie total de viñedos que existen en la provincia, el 99% de las uvas que se producen se destina a la vinificación.
Buscando expandir la comercialización, se puso en funcionamiento en el año 2006 la Asociación de Bodegas de Salta, y recientemente, a principios del 2012 con la creación del Consorcio de Exportación, productores vitivinícolas conformaron el primer consorcio temático de vino de la Argentina.
Con acciones como el Plan de mejora de la competitividad y el Programa de posicionamiento del vino de altura se busca dar un mayor impulso al sector, mientras que con La Degustación de vinos del año (mes de diciembre) se busca conocer los mejores ejemplares de los vinos elaborados durante el año que termina.
En la actualidad se exportan desde la Provincia de Salta 1.200.000 botellas de vinos premium a 30 países de todo el mundo y aunque la participación de los salteños en la producción nacional es del 1%, la presencia de los vinos salteños se hace fuerte en materia de exportación con el 15% del volumen total, exportando incluso más que las Provincias de San Juan, La Rioja y Neuquén, por lo que actualmente Salta es uno de los destinos preferidos en ecoturismo, registrando sus bodegas la visita de más de 180 mil turistas solo durante el año 2011, cantidad que año tras año se incrementa notablemente.
Modernas bodegas equipadas con nuevas tecnologías han incorporado nuevos servicios para los turistas, que varían desde las tradicionales visitas guiadas por las plantas de producción y los viñedos, donde pueden degustarse vinos tintos, blancos y rosados con una calidad de primer nivel, hasta alojamiento en confortables estancias entre los viñedos, infraestructura necesaria para la realización de eventos, servicios de spa, gastronomía, la posibilidad de participar en la elaboración del vino y clases dictadas por enólogos, entre otras actividades. De esa manera pueden combinarse ese tipo de propuestas con actividades relacionadas con el ecoturismo, turismo cultural y el turismo aventura.